Entrevista con Alejandra Marcote

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Biografía:

Hace mucho tiempo fue Contadora, recibida con el mejor promedio de mi cohorte en la UBA. Trabajó más de 15 años en multinacionales y Pyme, focalizándole en el planeamiento estratégico del negocio y análisis económico-financiero. En paralelo, se dediquó a estudiar escritura creativa, fotografía y baile, y a hacer viajes como mochilera, con un genuino interés en conocer diversas culturas desde el compartir con los habitantes del lugar. A partir de 2010 empezó un camino de profundo replanteo personal, el cual se llevó a explorar diversos espacios (comunicación, coaching organizacional, entrenamiento en oratoria, emprendedorismo). Ávida de descubrir nuevos mundos, se cruzó en el camino con las charlas TED, se hizo fan de las PechaKucha Nights en Buenos Aires (formato de charlas provenientes de Japón) y seguidora -por las redes- de las Fuckup Nights que se realizaban en otros países. Formó parte del equipo organizador de las maratones de trabajo colaborativo para emprendedores #Emprending (donde reunían a más de 300 personas a acelerar emprendimientos) y se dío cuenta que le encantaba coordinar eventos con impacto! En paralelo a su trabajo en relación de dependencia fue generando proyectos, varios de los cuales fueron un fracaso!


Eterna curiosa y aprendiz, hoy:
– Co-Organiza Fuckup Nights Buenos Aires (públicos y corporativos) desde 2015


– Se especializa en la resignificación del error y el fracaso como fuente de aprendizaje personal, grupal y organizacional


A partir de su experiencia en el mundo emprendedor, busca acompañar a las organizaciones en el proceso de ser más ágiles y adaptables a entornos cambiantes, por lo cual se desempeña como:
– Coach
– Facilitadora de grupos
– Consultora de cambio cultural
– Capacitadora (liderazgo personal, inteligencia emocional, competencias
conversacionales, innovación, emprendedorismo)
– Generadora de experiencias de trabajo colaborativo (ej: hackatones)

Alejandra, antes de ser organizadora de Fuckup Nights Buenos Aires y Coach especializada en aprender de los fracasos, eras contadora en multinacionales y Pyme. ¿Qué te faltaba en el ejercicio de esta profesión?

Lo principal que me faltaba era encontrarle un sentido a lo que hacía. Mi principal trabajo era la presupuestación y el análisis económico-financiero de proyectos en particular y de la empresa en general, y en mi día a día, había perdido el propósito. Me preguntaba ¿Para qué estoy haciendo esto?¿Que le aporta este trabajo a mi vida? (más allá de generar ingresos que por supuesto es necesario!).

Por otro lado, sentía que en mi trabajo no estaba explotando ciertas habilidades que tenían mucho más que ver con la relación con la gente. De hecho intentaba hacer los análisis y/o reportes lo más rápido posible, y luego me dedicaba a realizar reuniones entre sectores para mejorar algún proceso o sencillamente para que se generen conversaciones que mejoren la relación entre los mismos. Ahora veo que si bien eso no era lo que “me correspondía”, era muy similar a lo que luego descubrí que disfrutaba hacer como coach o consultora.

 

¿Cuándo te diste cuenta de que tenía que cambiar de vida?

El detonante de este cambio tuvo que ver con una larga enfermedad de mi papá. En una de nuestras últimas conversaciones, él dijo algo que para mi fue un antes y un después: “ya no te veo sonreír, no me acuerdo cuando fue la última vez que te vi sonreír… si ya hiciste tanto por mi, ahora tenés que hacer algo por vos, por ser feliz”. Eso ha dado vueltas en mi cabeza, y luego de su fallecimiento (hace 7 años) ya no tenía excusas para no hacerme cargo de que necesitaba hacer algunos cambios en mi vida: ¿Qué me está pasando? ¿Qué puedo cambiar? ¿Qué aprendí de todo este largo y doloroso proceso que me puede servir para avanzar?

 

¿Cómo te sirvió esta experiencia en el mundo emprendedor para convertirse en coach?

Fue al revés! Cuando yo empecé a preguntarme hacia donde reorientarme vocacionalmente dado que mi profesión de contadora no me llenaba, primero empecé a estudiar coaching organizacional, y luego llegué al mundo emprendedor.

En el 2do año de la Maestría en Coaching, cada vez me tenía más claro que no iba a seguir trabajando como contadora mucho tiempo más. Me sentía muy encerrada en mi profesión y no sabía por donde empezar para pensar en “dar un salto” profesional. Estaba en crisis literalmente. En ese momento, recurrí a María Laura Garcia, quién para mí había sido una gran mentora mientras trabajaba en Techint (varios años antes) y me aconsejó que me acercara a Emprending: “Acercate a la formación en emprendimientos de la facultad de ingenieria de la UBA que por lo menos, te va a ayudar a abrir la cabeza”. Esa fué la puerta de entrada al mundo emprendedor y me enamoré… un mundo donde los problemas se veían como oportunidades! Empecé a pensar que podía integrar mi experiencia respecto de números con el conocimiento más soft de coaching, y acompañar a otros emprendedores, capacitándolos. Luego surgió dentro de la cátedra, la idea de armar unos eventos donde durante 12 horas reunieramos emprendedores y mentores (más de 350 personas) para “acelerar sus proyectos”. Así fuí parte del equipo organizador de lo que llamamos #MaratonEmprending, y confirmé algo que intuia, que me encantaba organizar eventos y coordinar equipos para que esto suceda!

 

Háblame un poco de la organización Fuckup Nights.

Comenzamos a organizar Fuckup Nights Buenos Aires hace 2 años, como parte de un movimiento mundial que promueve hablar de errores mediante eventos en los cuales 4 oradores nos cuentan sus historias de fracaso, y principalmente sus aprendizajes. Hoy reunimos alrededor de 500 personas cada 2 meses, en el Centro Cultural San Martín.

Particularmente, hace años que se dice que Buenos Aires es una ciudad emprendedora e innovadora. Pero paradójicamente, en este ecosistema se hablaba sólo de casos de éxito cuando las estadísticas dicen que, a los cinco años, solamente uno de cada diez emprendimientos sobrevive (sí, 1 de 10!). Es decir que hay un montón de energía y de dinero invertido en proyectos en los que no sabemos qué ocurrió. Por eso la filosofia del evento que realizamos es quitarle el tabú al fracaso hablando abiertamente de él y, fundamentalmente, aprendiendo de lo que sucedió! También realizamos estos eventos en empresas, con la particularidad de que allí se trabaja más sobre la cultura de la organización.

Creo que el paso siguiente, es que no solo podamos hablar del tema en estos eventos de sensibilización, sino que podamos trabajar más profundamente respecto de la aceptación, la resiliencia, y el aprendizaje para continuar. Esa es una las partes más interesantes de mi trabajo!

 

¿Se aprende más de los errores que de los éxitos?

El éxito de un negocio depende de tantos factores que en general no tenemos identificados! En algunos casos, los emprendimientos exitoso, corren el riesgo de dormirse en los laureles. En proyectos exitosos hay cosas que no están saliendo bien (proceso que no funciona, resultados distintos a los esperados) pero cuando el resultado general es positivo, no se profundiza en los “puntos flojos”, que existen y mucho!  Así, hemos escuchado de varios negocios que han caído, sin entender lo que había pasado en el medio.

En cambio, cuando algo sale mal, se puede identificar más fácilmente al analizar, y se puede entender mucho más lo que pasó. No estamos acostumbrados a hablar de lo que no parece estar saliendo bien, pero sería ideal poder analizar y pedir ayuda antes, para no llegar a un punto de no retorno.

 

¿Para el coaching, trabajas como freelance, o no?

Estoy desarrollando mi propia consultora: Ale Marcote Innovación y Coaching. Por un lado trabajo en organizaciones, tanto como coach como consultora en gestión de cambio. Por otra parte, en el mundo emprendedor, disfruto de dar capacitaciones así como también de participar en el diseño y facilitación de hackatones. Es decir, empresas por un lado, emprendedores por el otro… me encanta transitar distintos mundos e integrarlos! Las empresas están necesitando absorber mucho de lo que sucede en el mundo emprendedor (no solo metodologías, sino principalmente formas de pensar y actuar), pero tienen su cultura y su dinámica propia, lo cual requiere un abordaje particular. Por eso me parece tan rico estar presente en ambos espacios.

 

¿Cuáles son a tu entender, las ventajas de trabajar como freelance y también las desventajas?

Esto depende de lo que valora cada persona. En este momento en mi vida, yo valoro principalmente la libertad en varios sentidos: libertad horaria, libertad de elegir con quien quiero trabajar, libertad de en qué proyecto participar… es decir, ver que personas y que proyectos son los que me atraen y en donde -más allá de aportar- puedo aprender también. Para mí, esa es una ventaja enorme en este momento respecto de los trabajos en relación de dependencia que he tenido. Sin embargo, no todo es color de rosas! Hay varias diferencias: Yo trabajé más de quince años en empresas, así que estaba acostumbrada a la seguridad de recibir un sueldo a fin de mes, y no tenerlo implica un cambio importante a nivel mental, porque a fin de mes (o de varios meses), posiblemente no ingrese dinero, o al menos el dinero esperado. Hay que manejar mucho la incertidumbre y la ansiedad y tratar de transitarla, y por supuesto, ser más prolijo en la planificación y en la administración (en mi caso, los clientes tienen plazos de pago muy diversos). También está el mito de que el emprendedor trabaja menos que un empleado en una organización, pero a no confundirse! Uno maneja sus horarios, pero que el emprendimiento avance depende 100% de de lo que hagamos o no, así que en mi caso nunca trabajé tantas horas como en estos tiempos. Es también un ejercicio el aprender a organizarse para que en la medida de lo posible, el trabajo no se transforme en un 7×24, aunque no es sencillo!

 

¿Qué pensás del emprendimiento en Buenos Aires?

Creo que Buenos Aires es una ciudad fantástica como hub emprendedor y de innovación. Hay muchísimo talento, así como oportunidades para capacitarse y espacios para tejer redes, y tanto el sector público como el privado vienen aportando hace años para que se den estas condiciones en la ciudad. Pero el país es muy grande y todavía hay mucho trabajo por hacer para que se expanda esto a otras provincias, y se genere sinergia en todo nuestro territorio aprovechando los saberes locales, los recursos naturales y el desarrollo tecnológico.

Por otra parte, hay algo que me gustaría aclarar: hoy es cool ser emprendedor. Se habla mucho de que “hay que emprender” y hacer algo por su cuenta, y me parece genial promover ese espíritu de desafiar siempre el status quo. Sin embargo, sería interesante dejar de lado el “hay que” como si fuera un aspiracional (tal como en otras épocas era entrar a una empresa grande y hacer carrera), y fomentar que cada persona reconozca en qué ámbito puede generar mayor valor y sentirse realizado. Hay personas que aportan gran valor en las empresas (innovando, generando cambios) y que posiblemente no se encuentren a gusto desarrollando un proyecto por fuera de la contención y los recursos de una organización… y lo mismo pasa a la inversa con quienes encuentran su mejor versión desarrollando proyectos por fuera de cualquier estructura.

 

¿Qué pensás de las mujeres y del emprendimiento en Buenos Aires?

Observo que en el mundo emprendedor aún hay una preponderancia masculina, sobre todo en algunos campos como el relacionado a la tecnología, por eso me parece tan importante el trabajo que llevan algunas organizaciones (Chicas en Tecnología, Ada IT) que se involucran directamente para disminuir esta brecha de género. También existen equipos en el cual hay mujeres haciendo cosas increibles, pero quién suele ser más visible hacia el exterior es el hombre. Hay una gran oportunidad ahí: hacernos cargo del lugar que estamos ocupando y que no nos incomode el liderar y el hecho de que la mirada de otros esté puesta sobre nosotras. Hay organizaciones que están haciendo un trabajo enorme en este sentido, en concientizar a las mujeres, ayudarles para exploten todo el potencial que tienen.

Más allá de esto, creo que debemos buscar formar equipos mixtos, diversos. Necesitamos trabajar juntos, colaborar y aprovechar lo mejor que tiene cada uno de nosotros. No solamente se trata de la diversidad en cuanto hombre o mujer, sino de la integración de  distintos perfiles, formación, experiencia. Ello permite tener un mapa mucho más completo del emprendimiento y del negocio. Mezclar gente de economía, con gente de ingeniería. Todos necesitamos trabajar juntos. Me parece ser un desafío más allá del género.

 

¿Tenés un consejo para nuestra comunidad?

Más que consejos, algunos aprendizajes personales:

  • Considero que lo primero -más allá de aprender herramientas y metodología- es tratar de conocerse a uno mismo: ¿Qué me motiva? ¿En qué ámbitos me gustaría desarrollarme? ¿En qué soy hábil? ¿Qué disfruto hacer y qué no? Poder trabajar en comprender cuál es nuestro propósito y que nos motiva más allá del dinero, es fundamental, ya que el camino del emprendedor -aunque pareciera que emprender es cool y está de moda- puede no ser sencillo. Si uno lo encara solo como una oportunidad de negocio y no hay nada más que me apasione, es difícil sortear los momentos de incertidumbre que se van presentando.
  • Creo que necesitamos empezar a pensar en emprendimientos que nos ayuden a mejorar el mundo en el que vivimos, es decir, no solo generando rédito económico, sino también generando un impacto social y/o ambiental positivo. Cada uno de nosotros tiene la enorme posibilidad de ser un agente del cambio que queremos ver!
  • También hay que animarse! Hay personas que pasan años esperando a tener “la gran idea” y por eso, nunca arrancan con ninguna. Es importante salir a la calle, entender que problemas puedo ayudar a solucionar o qué necesidades satisfechas hay! Empezar a probar algunas ideas (empleando la menor cantidad de recursos posibles) y ser muy curioso y receptivo al feedback de otros es un buen comienzo. Aprovechar el feedback de posibles clientes, nos sirve para ir mejorando nuestra idea, convirtiéndola en un producto o servicio cada vez más interesante para ellos. Es primordial no tener miedo a recibir un feedback… permanecer abiertos al aprendizaje es clave!
Ethel Gosset

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