Source: La Nación

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Author: Luján Scarpinelli – @lujanscarpi 

Dedicado a promover el ecosistema emprendedor, creó un club para unir a los jóvenes en un espacio de intercambio.

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Como uno de los muchos que se rebela a las estructuras de la profesión, Juan Manuel Barrero es un contador atípico. En Hatch, el club de emprendedores que cofundó y que este año abrirá sus puertas en Palermo, escapa a las cuadrículas del debe y el haber. Es, dice, el punto donde convergieron las distintas experiencias que acumuló desde su pago chico, TrenqueLauquen, hasta su presente porteño.

Barrero es un emprendedor sin startup. O, mejor dicho, sin una empresa en el sentido estricto de la palabra. Luego de asomarse en este segmento florenciente de empresarios, tomó un rol de promotor del ecosistema mediante la organización de un espacio que define «para hacedores», con sus socios Santiago Cavanagh y Guillermo Arce Monsegur; un lugar de encuentro e intercambio entre jóvenes con actitud emprendedora y de liderazgo.

En esa idea se condensan sus intereses. Tras dejar su ciudad natal, pasó un año en los Estados Unidos, y luego se instaló en Buenos Aires para estudiar su carrera de grado. En distintos posgrados, orientó su carrera a los agronegocios.

«Trabajé cinco años en relación de dependencia, principalmente en impuestos, y observé el potencial del sector agropecuario: la falta de profesionalización de muchas pymes y sus necesidades», cuenta. También reconoce en sus preferencias el influjo del entorno en el que vivió hasta su adolescencia, donde predominan las actividades del campo.

En el estudio de su padre comenzó a materializar sus ideas para contribuir al sector. Fue su punto de asiento para empezar a construir una senda para los que construyen. «Entendí que conectado podía lograr lo que a simple vista parecía imposible. Encontré gente colaborativa y entusiasta», afirma. Aplicó el concepto a las pymes del sector, al que describe como «atomizado». Una de sus iniciativas fueron los seminarios de AgroManagement, para acercar a figuras destacadas con las pequeñas empresas del agro.

Barrero pasó a formar parte del ecosistema y se convirtió en uno de los cofundadores de la Asociación Argentina de Emprendedores (ASEA). En pos de extender sus relaciones, creó «Bacasa», junto a Cavanagh, inspirado en el libro Never Eat Alone, de Keith Ferrazzi. Son cenas donde reúnen a referentes de distintas áreas y ámbitos sociales -entre ellos, un chef, encargado de deleitar a los comensales- con el fin de «tender redes e intercambiar ideas».

Cuando se inaugure dentro de unos tres meses, Barrero unirá sus pasiones en Hatch, «un club de negocios transformadores para la construcción de relaciones de impacto positivo, donde cada miembro vendrá a inspirarse, conectarse y aprender». Aunque el radio será más amplio, en ese espacio (que ya tiene una comunidad de 150 miembros, «curada» por ellos mismos), proyecta contribuir al desarrollo de un «ecosistema agro emprendedor». «Es esencial generar esta red de influencia para brindar soporte a los nuevos emprendedores del sector», señala el joven fundador, que también lleva el sombrero de vicepresidente de la Unión Argentina de Jóvenes Empresarios (Unaje).

Profesión: Contador y Lic. en Administración de Empresas, UCA

Empresa: Hatch

Edad: 32 años

Hizo un posgrado en Agronegocios, y especializaciones en gestión de firmas del agro y familiares

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